Tenía una lana, 50% alpaca y 50% oveja, que picaba un poco en la piel, así que mejor dedicarla a accesorios que a prendas de vestir. Inspirándome en un proyecto que vi en una revista australiana de patchwork, Homespun, se me ocurrió hacer una bolsa, afieltrarla y que llegara a ser una cesta para tener en casa mis proyectos de punto. Me embarqué en la empresa, un poco con esa filosofía de "si sale con barbas San Antón y si no, la Inmaculada Concepción" (that is so me) y con los consejos de la experta en estas lides Rosalia, ayer tarde me puse. Et voilà:
Estoy bastante satisfecha del resultado. Como me quedan bastantes ovillos, no descarto hacer más cosas en esta linea.